miércoles, 18 de mayo de 2011

ciclista urbano

Este día acudí al evento de ride of silence que busca crear conciencia en los automovilistas sobre la presencia de los ciclistas en el universo. Salí desde la colonia del valle hasta el auditorio nacional, bajé por todo patriotismo hasta tacubaya y tomé parque lira, grave error. La avenida se fue confinando a tres carriles para autos y una minúscula banqueta, estaba atrapado. Ya no pude dar marcha atrás y le pregunte a un joven guardia de la residencia de los pinos (donde despacha el honorable presidente de la república que desde luego no usa bicicleta), si más adelante había una banqueta más grande o la avenida se confinaba sólo a autos, me comentó que podía seguir de frente y que doblara a la izquierda hacia la entrada del "cuartel" y seguí de frente.
Supuse que la banqueta aumentaría a unos cuantos metros, pero eso no fue así. La curva se extendía larga y a pesar de que no había autos, sabía de mi error. De pronto, delante mio aparece un montículo de tierra desbalagado desde una colina que flanquea la curva, el ángulo que tenía era demasiado para arriesgarme a pasarlo a gran velocidad. La bici benotto modelo utopia de llanta delgada, no es propia para tal efecto, pues resbala con mucha facilidad con inclinaciones menores, así que decidí reducir la velocidad y pasar caminando sobre el montículo de tierra. En ese momento, presiento el zumbido de un auto que se acerca, me quedo inmóvil para evitar cualquier desastre. Una camioneta negra sin placas pasa a pocos centímetros de mi hombro a una buena velocidad, teniendo los dos carriles externos para circular, decide tomar el interno para pasar junto de mi, de la ventanilla trasera, un rostro de un hombre de más de 50 años con gafas, camisa blanca y corbata, grita: "hijo de tu puta madre".
No contesté nada, el error había sido todo mio por haber accedido a esa vialidad exclusiva para automóviles. Continué mi camino y tomé la salida más pronta para abandonar la vía, para mi desgracia, esa salida llevaba a otra vía rápida, al buscar opciones vi la puerta del cuartel que me habían mencionado del otro lado de la salida que se extendía en una curva en pendiente, intenté cruzar pero al estar en curva era difícil saber si venía un auto (¿qué automovilista espera ver a un ciclista atravesando en plena salida de una vía rápida a otra?), por fortuna el auto que salió, llevaba poca velocidad, lo que me permitió regresar a la pequeña banqueta, en el segundo intento logré atravesar y salí a la lateral de calzada chivatito.
Hasta entonces pude reflexionar sobre lo que me había acontecido, muchos fueron los factores que ocasionaron esa situación, en primer lugar mi inconciencia e ignorancia en las vialidades, la falta de señalización en las avenidas que marquen rutas para ciclilstas que nos permitan llegar de un punto a otro en la ciudad, y al decir de un punto a otro digo que sean lo más directamente posible, no rodear 20km para alcanzar una distancia de 5km.
Lo que me causó más indignación, fue la conducta de lo que a todas luces parecía un funcionario público gritando desde una camioneta, a cuyo chófer le importó poco pasar a tan corta distancia de mi. ¿Quería intimidarme o realmente lastimarme?
¿Es legítimo que este tipo de personas prepotentes en autos poderosos vayan por ahí haciendo lo que les parece correcto o divertido sin preocuparse de los demás? Definitivamente no.
Llevo ya más de 3 años utilizando la bicicleta como un medio de transporte a mi trabajo, he tenido muchas experiencias en estos años, por fortuna pocas son malas. Para ser sincero la gran mayoría de los automovilistas me ceden el paso, incluso los microbuses, uno de ellos hasta me protegió un día en que un camión se iba sobre de mi. Creo que las conductas infames de personas poco aptas para la convivencia ciudadana pueden ser reducidas si se aplican medias sociológicas, sicológicas y legales. 
La violación del reglamento de tránsito, la comentemos todos. Peatones, ciclistas, motociclistas, automovilistas y transporte público. Los semáforos han pasado a ser una mera sugerencia de alto, si no hay autos pasando en el cruce, no importa que sean las 8 o las 18:00 Hrs., siempre hay un desesperado que toca el claxón para exigir que el que se encuentra hasta enfrente se pase el alto. Todos quieren pasar y hacerlo al mismo tiempo, sin importar las circunstancias, o señalamientos de tránsito, nadie tienen más derechos que yo.
Si bien la naturaleza es un medio agresivo (alguien debe morir para que otros vivan), pero no creo que eso justifique conductas salvajes como el sistema económico y político en los que nos gobernamos, no creo que deba ser así, que todos lleven auto y que el auto más poderoso sea el que más prioridad tenga en el sistema de calles. No lo creo, pero por desgracia hasta ahora, las cosas son así, el poder es la única forma válida de convivencia en la sociedad mexicana.