miércoles, 7 de abril de 2010

Mi desconexión

¿Recuerdan aquellos intentos por presionar a las compañías celulares que exhortaban a no usar el celular por un día para que bajaran sus tarifas?
Era interesante ver como la clase media intentaba organizarse para exigir un trato justo por parte de las empresas, yo pensaba que quizá aquello podía convertirse en un verdadero movimiento en pro de los consumidores mexicanos que al fin se unirían para luchar por sus derechos, bueno, era joven e idiota.

Diez años más tarde se presenta la mejor oportunidad que hubiera soñado este grupo, la oportunidad de realmente presionar a las compañías celulares a bajar las tarifas y ponerlas contra las cuerdas, ¿pero qué sucede? pues resulta que los primeros en registrar su celular son aquellos que peleaban la baja de las tarifas.

Por ley, si al 10 de abril no se han registrado el número de celular, el número será dado de baja. Desde luego esto no le conviene al usuario, pero mucho menos a las compañías celulares. Sólo piensen en los millones de celulares que existen en el país, el consumo que tienen de tiempo aire al mes. Ahora podemos entender la solicitud que hacen las compañías al congreso de una prórroga.

El RENAUT nace como un intento por detener la delincuencia a través de la telefonía celular, una medida que no garantiza que esto sea así, pues los delincuentes pueden robar teléfonos que luego usarán para delinquir, incluso el robo de teléfonos podría incrementar por la necesidad de estos de obtener su medio de trabajo.

Sin embargo lo que me incomoda es que ahora nuestro confiable gobierno tendrá los datos de nuestra línea telefónica, y desde luego proteger esa información será su prioridad, ¿o no? Pues como soy un sospechosista nato, yo no confío en las autoridades y creo que en algunos meses esta información ande en manos de empresas de marketing y desde luego de venta en tepito.

Desde luego me quedaré sin celular, quedaré "desconectado" según los promocionales del RENAUT, o al menos eso me quieren vender. Ahora ando en búsqueda de un servicio de internet móvil que me permita utilizar el twitter como medio de comunicación, así como el correo electrónico y skype.

Así me despido de mi celular y regreso a la vida de hace 11 años, en la que la gente que me quería localizar me enviaba un correo o me llamaba a casa. Quizá mi vida pierda impulso y me convierta en un ser improductivo y desestresado, desconectado y marginado por no contar con un teléfono móvil.