jueves, 3 de mayo de 2007

¡Que bueno que no ganó la izquierda!

Me vienen a la mente las palabras de cierto conocido trabajador de banamex sobre las elecciones presidenciales del pasado año: “Un triunfo de la izquierda representaría una reducción en mi salario o hasta mi despido del banco”. Según él esos rumores ya se manejaban dentro de la institución desde el año pasado, quizá como medida de presión para aquellos que se animaran por apoyar un proyecto popular, aunque a decir verdad no creo que los trabajadores bancarios sean potenciales votantes para la izquierda, al menos hasta esta semana. Ahora city bank ha anunciado el despido de 4 mil trabajadores de su filial mexicana y la recontratación de 31 mil con un salario del 30% menos. La razón, abaratar costos de operación en México. ¿Por qué lo harán? ¿Será por qué realmente van a bajar las tasas de interés para que el crédito sea una opción real para reactivar la economía? ¿O será acaso que se aprovechan del carácter manso de la clase media “wanna be” y su tremendo terror al desempleo?
Les pido ser un poco mal pensados e irnos por ésta última hipótesis, pues México se caracteriza por ser un país en donde las trasnacionales cobran sus productos y servicios un precio superior y sus salarios son los más bajos de todas sus filiales. Como ejemplo está City Bank y Microsoft.
Pero bueno, la cosa no termina ahí, si recordamos que Telmex ofrece servicios telefónicos más costosos que en EU y Canadá, sin mencionar la protección que el gobierno le brinda contra la competencia, seguramente ya se imaginarán como andan los salarios en el Sanborns y en Inverlat, pero que importa. Lo importante es ponerse a trabajar y dejar de estar de grilleros, como diría cierto representante de la clase “wanna be” mexicana, que seguramente tendrá toda un explicación lógica del “ajuste” que City Bank realizó esta semana.
Pero no todo termina ahí, falta echarnos un clavado al examen de Enlace, que realizó la SEP a las escuelas de educación básica. Como saben soy un amargado que sólo le anda buscando ruido al chicharrón y los dientes a la iguana, así que me parece que se avecina la privatización de la educación pública, o al menos el abandono de las escuelas oficiales. Claro que sabemos quién es el personaje que resultará ganón en estas decisiones, así es, ese mero, ese que ni nuestro flamante presidente electo democráticamente se ha atrevido a tocar, el mismo que sin estar en la lista de Forbes debe tener una cuantiosa fortuna sacada del sindicato más grande de Latinoamérica, pero mejor le paro porque recordemos que los sindicatos tienen prácticas gangsteriles del Chicago de los años 20 y no sea que se vayan a quedar sin su blogger consentido y vacilador y al rato va a decir la procuraduría que morí de gastritis por comer jícaletas de chamoy para luego auto violarme con el palito y poner en duda la honorable justicia mexicana.

domingo, 29 de abril de 2007

Una historia de ficción en un país muy muy lejano

“El violín” es una película de ficción en un país difícil de reconocer y en una época incierta pero que parece de un muy lejano pasado en cualquiera de las democracias verdaderas y fuertes como la mexicana.
Llegar a imaginar que tales sucesos transcurrieran en nuestro país es realmente impensable y risible.
La verdad es que se trata de la primera película del nuevo cine mexicano que retrata un México que me he es muy familiar y les recomiendo vean. Hay ciertos detalles que aún no me agradan del todo, como lo es el exceso de “poesía visual”, los diálogos muy preparados y la falta de acento en los actuantes. A pesar de que aún no se logra dejar la tragedia como temática principal en el cine nacional, me parece bien justificada.
La fotografía aunque algo sesentera y cliché de las películas de lucha social, apoya muy bien el discurso central, aunque hubiese preferido una dirección de cámara más contemporánea.
Aunque nunca vi el cortometraje de donde se desprende, me parece llena de sugerencias que no se aclaran pero que enriquecen el material, pues dan lugar a una profunda reflexión sobre lo absurdo que resulta una guerra entre iguales.
Cabe mencionar la sorpresa que me causó ver el nombre de la revista “Proceso” en los títulos iniciales, me atrevo a predecir que no será una cinta que permanezca mucho en los cines, así que apúrense a verla y lleven consigo su buen paliacate para limpiarse las lágrimas de cocodrilo o morderlo de coraje.